Llevo 20 años acompañando a quien, desde cualquier edad, condición o historia personal, desea disfrutarse, redescubrirse en esencia y autenticidad, conectar con su poder personal y expresarse desde su naturaleza única. Todo ello a través de los beneficios a nivel corporal, mental, emocional y espiritual de la danza y de la creación de espacios de desarrollo personal viviendo resultados poderosamente transformadores.
Apostar incondicionalmente por el movimiento como canal terapéutico a diferentes niveles me ha regalado también la posibilidad de ofrecer talleres y sesiones para niñ@s, adolescentes, artistas de diferentes disciplinas, colectivos de la tercera edad así como para mujeres víctimas de la violencia de género, personas con problemas de exclusión social o enfermos mentales obteniendo resultados sorprendentes.